Nadan mis amigos en aguas de colores
ondulantes y frescas,
entre rocas y álamos serviciales.
Las hojas susurran encima de sus cabezas,
se balancean
como pensamientos gozosos.
Mis amigos se dejan envolver
por el agua,
se entregan a sus poderes,
se ofrecen.
A veces, buscan un puerto resguardado
de la furia
de los dolores imprecisos,
una playita entre dos tiempos.
Cuando quieran de nuevo
levar anclas,
volverán a nuestra mesa,
a escanciar el camino,
a reír,
a vivirnos.
(Para Cathy y Andrés).
08.07.2013.
Que suerte que tienes unos amigos así. ¡Precioso poema!
ResponderEliminarMari Carmen
Me alegro que te guste, tú también tienes tu poema correspondiente. Un besote largo y rimado.
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