domingo, 9 de diciembre de 2018

Mientras me trenzo el pelo.


     Éramos dos pájaros en equilibrio, dos deseos, dos lunes con ansias de feriados, heridos de muerte que fuimos atesorando sangre, semen y saliva para las tardes de silencio y dudas que sabíamos habrían de llegar.
  Desde el principio, deslizamos el miedo en la mochila y, al desnudarnos, no pudimos quitarnos nunca la cobardía adherida a la piel no expuesta, ahorrábamos palabras para no caer en el precipicio de la mentira, pero el salto no se produjo nunca. 
     Nos faltó una meta. 
     El disparo.


Cuadro tomado de la red: Amantes, de René Magritte.

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