viernes, 8 de agosto de 2014

La función del arte.





Imagen tomada de la red.




Diego no conocía la mar
El padre, Santiago Kovadloff, lo llevó a descubrirla. Viajaron al sur.


Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando.

Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena, después de mucho caminar, la mar estalló ante sus ojos.

Y fue tanta la inmensidad de la mar, y tanto su fulgor, que el niño quedó mudo de hermosura.

Y cuando por fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió a su padre:

-¡Ayúdame a mirar!


Eduardo Galeano.

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