lunes, 10 de marzo de 2014

Nadie.



Imagen tomada de la red.



De pronto en mi casa no hay nadie:
no hay un recuerdo que me muerda,
no hay un silencio que me arañe,
no hay esperanza que se abra,
no hay un mañana que me llame.
No hay horizonte que divise,
ni pasado que me arrastre,
no hay un sueño que se hunda,
ni alimento que me mate.

De pronto en mi casa estoy sola,
sola, otra vez sola, sin nadie.


(Jugando con el poema Nocturno de Rafael Alberti).

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