He madrugado. Aún no se había desperezado el día por completo. Le hago una señal a mi perro, para que no ladre, para que no despierte a los durmientes.
Me calzo las zapatillas de huir y bajamos los trece pisos con calma y prudencia. Que no son horas.
Damos un par de vueltas por el barrio, visitamos algunos árboles, descansamos en tres bancos y regresamos.
Cogemos el ascensor, no hay muchas fuerzas. Y tengo prisa.
Hoy celebramos. Hoy es un día especial.
Hoy, hace ya algunos años, nació mi niña. La tercera de mis hijos. La última, si no contamos a nuestro Haro.
Mi princesa.
Mi suerte.
Aquella mañana, recuerdo que, al asomarme a la ventana, pasó casi rozando la cristalera de mi piso trece, una cigüeña. Nunca había pasado.
Horas después tuve a mi niña.
Nació con la sonrisa dibujada en su carita. Y así sigue.
Y así sigue. Contagiándonos, enamorándonos.
Mi princesa.
Hace ya tanto tiempo. Y tan agradecida sigo.
Mi hija Patricia.
Mi vida.
Gracias a la vida.
Que me ha dado tanto.
Felicidades hija.
Que la vida te sonría a ti también.
Siempre.
Y gracias por todo.
madre mia , siento no poder responder a este sentimiento con el mismo trato , pero no puedo evitar sentir envidia de lo maravilloso que es tener una madre como tu Eloísa .
ResponderEliminarJamás se me ocurriría comparar el grandísimo amor que sentimos por ella pero ojala pudiese expresarlo como tu lo haces , por un lado me duele pues creo que se lo debo y por otro me alegro de que alguien sea capaz de decirlo de una forma tan linda .
precioso, gracias por compartirlo.
Gracias querido Rubén, tú sabes perfectamente cómo expresar todo lo que quieras. Un beso enorme, cuídate, cúrate pronto y compartiremos unas cervecillas para celebrarlo. Te queremos.
Eliminar