miércoles, 6 de marzo de 2019

Poema perdido.




    Mi poemario Piel ya está coronando entre mis piernas. Siento los pujos, cada vez más urgentes, de su impaciencia, de su ansia de vida.
    Me he encontrado este poema en un cajón, entre mis bragas y los sujetadores viejos y ya no ha podido colarse en el proyecto.
    Os lo dejo aquí, para que le acariciéis el desplante.

Sin fecha.

Hoy es mi cumpleaños.
Se han cerrado treinta puertas
a mi espalda.
Los besos no me duelen entre los ojos,
la mirada que me hacia temblar el muslo
y el aliento,
se disuelve antes de que me golpee
el pelo y la cintura.
Fui impaciente.
Pensé que había tiempo y ahora,
que ya están las aguas turbulentas,
no distingo el nenúfar
ni el color de los viernes.
No te oigo llegar
cuando te pienso.
Hoy es mi cumpleaños
y se ha doblado la madera de la puerta
y las campanas tocan a despedida.
Y es lunes. Para siempre.
Y no sé dónde dejé aquel ansia
de olerte
que resultó cobarde y lerda.
No sé qué fue de ti,
no sé si ya he muerto.