Estoy embarazada de trillizos. Así, sin haberlo previsto. Y, de tres padres diferentes.
"Por donde entra la luz", se llamará el primero. Un poemario gestado en esas noches blancas en las que me sumerjo en la magia del conticinio, escrito un jueves cualquiera, en esos estallidos de silencio. Tan frecuentes:
Se levanta en la oscuridad
porque se le vino al pecho
Encendió la lamparita de la mesa
y allí, en el círculo de aquella claridad tímida
y vacilante,
llenó las hojas de palabras gozosas
y recuerdos amarillos.
Emergían solos, engarzados,
como las cerezas
cuando intentas seleccionar aquella
que pronuncia tu nombre desde la cesta.
En pocos minutos pergeñó un poema
que nada tenía que ver
con su imagen plañidera.
Y, fíjate que sonrió, ante el prodigio
de sentir que aún quedaba
un rastro de esperanza en su camino.
Que todavía figuraban días de color
en el almanaque.
Que el bolígrafo también sabía de lubricanes y plegarias.
Y así la encontró la mañana,
con veinte poemas de amor
y un perfume de naranjas
entre los pechos.
El segundo se llamará, "Ser poeta, mola" y viene a acompañar a su hermano mayor "Besitos y versitos". Para los futuros poetas, para esos gigantes bajitos que tanto me han aportado en estos últimos meses:
¡Vaya memoria que tengo,
no sé si voy o si vengo!
Si estoy contigo o con Marta,
si acierto o meto la pata.
Si he hecho los deberes,
o estamos de vacaciones.
¡Vaya memoria que tengo,
no sé si voy o si vengo!
Y, el tercero, "La mujer del sombrero. Décimas con fiebre", será una colección de décimas de corte erótico:
Y no dejas de escribir
tu fiebre por las paredes,
te adelantas, retrocedes,
te acabas de descubrir,
piensas vivir o morir,
tienes la piel anhelante,
soy tu amante, eres mi amante,
lo llevo escrito en mis venas,
tus manos grandes, morenas,
en mi sexo palpitante.
Espero, amigos, que vengáis a verme. Ha sido un embarazo precioso, en la eco se les ve activos y con buen talante. El parto será en breve. Sin anestesia, viviendo todo el proceso, recogiéndolos con mis propias manos.
En la foto se me ve feliz, os merecéis mi mejor cara, pero ya sabéis que este hermoso oficio de las palabras, también tiene lo suyo.
Os necesitaré para criarlos. Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario