109. El Pozo.
Cuando mi madre estaba embarazada de mí, mi padre la metió
en un pozo.
Era una apuesta absurda.
Y él la aceptó.
Y mi madre la secundó encantada. Hasta tal punto confiaba
ciegamente en su marido.
Convenientemente sujeta, con la maroma enroscada a su
cuerpo abultado y los brazos de mi padre, se introdujo en la apuesta.
Por él. Para que saliera triunfante del desafío. Para que vieran.
Salió sonriente a los pocos minutos.
Yo nací a los dos meses.
O eso creyeron.
Y aquí estoy, viviendo en falso, para no darles un
disgusto.
Desde allí, desde aquí, os entrego mi sonrisa y mi deseo de que viváis intensamente.Sea donde sea.
Feliz domingo.
Hola: Solo puedo decirte, que es Domingo, día libre y primaveral. Imagínate un Edén con flores, árboles inmensos y gente a tu alrededor. Montón de besos.
ResponderEliminarImaginado queda. Como si estuviera. Un beso libre y primaveral.
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