Cuarenta y nueve días sin sombrero,
sin ponerme tacones ni los pendientes rojos,
sin perfilarme los ojos de audacia
y derrochar tras la nuca mi perfume caro.
El espejo me pregunta qué pasa con mi pelo,
desordenado de lunes y palabras,
y me devuelve la imagen de una mujer madura,
que hace muecas y se estira las sienes con los dedos.
Ahora ensaya una sonrisa, ahora un guiño,
se palpa los pechos y se acaricia el vientre.
Cuarenta y nueve días y un sombrero nuevo,
escribo ahora en el cuaderno más hermoso
y muevo los tacones a ritmo de un bolero
mientras pienso en tu boca
olisqueando mi nuca,
desahogando los botones de mi blusa ofrecida
y apartando las dudas
con tus dedos de magia.
Y acabo este poema con el rímel corrido,
y el gozo saciado de nuestras noches largas.
Inmenso,intenso,sutilmente sensual. Me late rápido el corazón al leerlo y saborear las palabras junto a mí ventana soleada.
ResponderEliminarMe llega,me llena. 👏👏💐🦋🦋
Un abrazo sin miedo, artista. Te vemos todos, desde nuestra ventana a la tuya.
EliminarCuarenta y nueve días para pintar los sueños de colores, para ensayar un cambio en nuestras vidas. Para escribir cuarenta y nueve poemas y una canción con esperanza. Buena tarde.
ResponderEliminarVeinte poemas de amor y una canción desesperada. Un abrazo sin miedo, cariño.
Eliminar