La veo todos los días,
en la misma mesa
del bar donde desayuno,
siempre leyendo.
Unos ochenta años,
collarcito de perlas.
De vez en cuando levanta
la mirada y se queda ausente.
Esta mañana, me he sentado delante,
para que, cuando lanzara su nostalgia,
se encontrara con la mía.
Bin hecho pues: La unión hace la fuerza. Buen día.
ResponderEliminarEs una ternura de mujer. Ya somos dos nostalgias. Un abrazo.
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