Le agradecí la sugerencia. Impresiona el monasterio, el más antiguo de la comunidad de Madrid y el único cisterciense. Y disfrutamos del concierto, a cielo abierto, bajo las estrellas, entre los muros.
Antes, por la tarde, habíamos pasado por el gozo de mirar con detenimiento los Toros de Guisando, Haro escuchaba embobado la historia. "¿Cuánto tiempo llevarían los cuatro toros juntos esperando esta tarde y esta cita?", cuentan que dijo Isabel la Católica cuando llegó al lugar y eso mismo es lo que yo le susurré al oído a mi chico y se puso tan contento como se ve en la foto.
Hoy, ya domingo, lo hemos dedicado a pasearnos por el castillo de la Coracera, el castillo de San Martin. El de D. Álvaro de Luna, todopoderoso condestable de Castilla y Maestre de la Orden de Santiago.
Disfrutaba de tantos castillos que se les llamaba estados a sus posesiones, por su extensión y riqueza.
Fijaos el plano de sus casitas:
Y después de visitarlo de nuevo, nos detuvimos en la torre del homenaje, verdadero centinela de piedra del castillo.
Y en uno de los patios.
Y en las almenas.
Y en la barbacana.
Y nos sentamos a contemplar los olivos desde los recovecos de la historia.
http://www.castillodelacoracera.com/
Nos gusta San Martín a Haro y a mi.
Nos gusta acudir, de vez en cuando, al descanso de Las Buganvillas.
Nos relaja quedarnos dormidos en el patio, bajo la luna, al frescor de la medianoche.
Tan callando.
Tan callando.
Longinus Prisco, Calaetq. Patri. F.C.
Hoy, ya domingo, lo hemos dedicado a pasearnos por el castillo de la Coracera, el castillo de San Martin. El de D. Álvaro de Luna, todopoderoso condestable de Castilla y Maestre de la Orden de Santiago.
Disfrutaba de tantos castillos que se les llamaba estados a sus posesiones, por su extensión y riqueza.
Fijaos el plano de sus casitas:
Y después de visitarlo de nuevo, nos detuvimos en la torre del homenaje, verdadero centinela de piedra del castillo.
Y en uno de los patios.
Y en las almenas.
Y en la barbacana.
Y miramos por las ventanas hermosas.
Y nos sentamos a contemplar los olivos desde los recovecos de la historia.
http://www.castillodelacoracera.com/
Nos gusta San Martín a Haro y a mi.
Nos gusta acudir, de vez en cuando, al descanso de Las Buganvillas.
Nos relaja quedarnos dormidos en el patio, bajo la luna, al frescor de la medianoche.
Tan callando.
Tan callando.
Buenos días, aunque ya estoy en casa, no me lo parece. Acabo de seguir escuchando relatos históricos, castillos que aún retan al tiempo, y una guía de las que a mi me gustan, que te enseña hasta el último recoveco de su saber. la próxima salida, será ir a conocerlo. Un abrazo.
ResponderEliminarBienvenida a casa viajera. Ya nos contarás todo lo recopilado en ese periplo. Un abrazo. Nos vemos.
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