Del general Valeriano_Weyler y de su tacañería se han contado multitud de anécdotas. Transcribo dos que, aunque las he visto atribuidas a otros personajes, me fueron contadas por un amigo que las conoció por un nieto del general, del mismo nombre y apellidos, cuando hacían, allá por el 1940, el servicio militar en Cartagena.
Un día, uno de sus hijos le pidió dinero para comprarse unos pijamas.
-¿Pijamas? ¿Y qué es eso?
-Es para dormir.
-Para dormir, lo que se necesita es sueño.
Y no soltó una peseta.
Otro día otro hijo, o el mismo, le envió una carta en la que le pedía 500 pesetas.
La contestación fue: "Te envío las 50 pesetas que me pides y te advierto que cincuenta se escribe con un solo cero".
Eloísa y Haro ya se han ido.
Esta mañana, temprano. Con muchas ansias y poco equipaje.
Hoy es mi primer día. Espero estar a la altura.
Esta casa sigue abierta. Y os necesitamos.
Feliz lunes.
*De Historias de la Historia, de Carlos Fisas.
Esta mañana, temprano. Con muchas ansias y poco equipaje.
Hoy es mi primer día. Espero estar a la altura.
Esta casa sigue abierta. Y os necesitamos.
Feliz lunes.
*De Historias de la Historia, de Carlos Fisas.
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