Hoy se me ha echado el
tiempo encima, había un montón de correspondencia que repartir, han venido a
revisar un problema del gas del tercero derecha y la señora Angustias, la del
cuarto centro, se ha puesto mala y he tenido que estar con ella hasta que ha llegado
la ambulancia. Ya os contaré. La pobre tiene tela marinera.
Se murió su marido, que era un pinta, y estaba
tan hartica de él, que al quedarse viuda y verse libre, se quería comer el
mundo a partir del día siguiente, pero se le torció el proyecto.
Cuando
me lo contaba, me acordé de un relato de la escritora Ángeles Mastretta:
“Lucía miró a su marido dormitar en
un sillón. Despertaba a ratos, la miraba y sonreía como desde otro mundo. En
una de esas pestañadas ella le dijo con toda suavidad:
—¿Sabes? Cuando uno de los dos se muera
yo me voy a ir a Italia”.
También
la señora Angustias quiere ir a Italia. Es el sueño de toda su vida.
Luego
llamaré al hospital a ver si me pueden dar información.
Mañana os veo.
Sed felices.
Y no
dejéis Italia para más tarde.
(De Cerrado por amor. Mi último proyecto.)
*Imagen tomada de la red.
Tal vez como palomas mensajeras, algún día retomemos el vuelo y anidaremos en esa isla de canales, puentes, palacios y canturrearemos Venecia sin ti.
ResponderEliminarSería una pasada que todo el grupo del taller pudiéramos hacer un viaje allí. Mientras tanto, lo imaginaremos. Un abrazo.
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