Ayer, en los talleres de escritura creativa, leímos tautogramas y notas de diario. También charlamos de lo divino y lo humano, por lo que se nos quedó en el tintero jugar al binomio fantástico. Para la próxima cita. Tenemos pendiente los trabajos de mail-art y los mensajes en la botella. Todo se andará. Nos sobran las ganas.
Lo que tienen atado y bien atado mis chicas son los lipogramas.
Se disfruta. Y mucho. Escribiendo. Consumiendo cuadernos a ritmo de vértigo. Viviendo una doble vida.
Y hablando de lipogramas, mirad uno:
"Un otoño inusual acaricia mis manzanos, mis olivos. Un sol
glorioso saluda a los amigos alocados y
bulliciosos al pasar junto al camino, dibujado con guijarros color playa,
avanzadilla hacia la barbacoa ya tranquila, adormilada y pasiva.
Hoy la luna dará paso a un sábado con olor a tabaco y a
golosinas. La locura acabó.
Mi hijo ha subido al ático buscando una nota o un diario
antiguo y olvidado, algo para mirar un pasado ajado y nostálgico.
Ahora lo miro todo con otro color, con otro cristal; hubo un día un hogar
dichoso y fotografiado a disparos calmosos y almibarados con un zoom arcaico y
alumbrado por muchos otoños con lluvia caída, para atrapar las risas rotas y
minúsculas a mis niños rubios, a mi niña, a mi añorada mascota, a mi marido.
Gritaban:— ¡Ya falta poco para Navidad!... Ya falta poco. Y miro ilusionada un
árbol gordo y altivo suplicando adornos.
Acomodar sus hojas con piñas, con blancas cintas, los cirios dorados,
los lazos amarillos y rojos; colgar la Navidad , las risas, la
música, los villancicos, la vida.
Mi hijo siguió hablando…” una isla, montañas,
voluntariado, una zona abandonada, larga
lucha, la India…”
A última hora, mi corazón corría, avanzando rápido y
ansioso con la noticia.
La casa aguantó la larga jornada y muchas más: un
matrimonio marchito, un futuro pasivo, lacio y abatido.
Si te apetece, te invitamos a formar parte de nuestros grupos.
*Lipograma. (Escrito omitiendo la letra e)
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