diría: mira a tu espalda
por si pierdes pie
por si acaso.
Olvido García Valdés.
No te vi ayer en el paseo.
Yo miraba a todos lados,
a derecha, a izquierda,
al frente,
y, de vez en cuando,
giraba la cabeza hacia el pasado,
por ver si me seguías en silencio.
Me saludaban las vecinas
y yo sólo les ofrecía
una sonrisa deslavazada
y un cansino aleteo de la mano.
A la vuelta,
me acompañó un buen trecho
la esperanza.
Sólo cuando cerré la puerta verde de mi casa
y dejé el corazón temblón
en la mesilla,
comprendí el alcance
de la herida.
*Imagen tomada de la red.
Me ha gustado. Hay que contar con el dolor, aunque no nos duela.
ResponderEliminarAquí, la mañana ha sido lluviosa, la tarde empieza a ser espléndida. Un beso.
Claro que contamos con el dolor... pero a veces...
EliminarUn beso grande.
Esas heridas del pasado... De eso, se mucho. Bello y triste poema.
ResponderEliminarMe alegro que te guste. Hablaremos sobre él. Un besote.
EliminarUn poema intenso y con las palabras justas. Me gusta mucho.
ResponderEliminarEs un honor para mi poema que lo puntúes así. Y para mi. Nos vemos. Un abrazo amigo. Poeta.
Eliminar