El oleaje se eleva, descomunal, con el rugido y la ira de los dioses con ojos de fuego y manos crispadas.
Animales devoradores. El color de la angustia y la mueca de la asfixia. La cercanía. El olor.
El agobio de las paredes que ofrecen un muestrario de lentas agonías.
Lunas menguantes, continuas y tercas. Unas manos que provocan escalofríos y dudas. Las ansias por partir. Un collar demasiado estrecho. Y falso.
La náusea.
Me ahogaba escuchando tu respiración
y me fui al centro comercial,
con el pretexto de comprar un regalo atrasado.
Necesitaba oír la luz y ver música en todos los rincones.
Ubicarme.
Te pareció bien.
A mí me daba igual lo que te pareciera.
Tuve que andar unos cuatro kilómetros hasta el
lugar.
Caminaba rápido, respirando ansiosa,
con la boca abierta, boqueando con las ansias
del pez atrapado en las tablas ásperas
del barco.
No compré nada.
Sólo quería colocar en su lugar los
pensamientos,
catalogar recuerdos,
etiquetar las nostalgias,
tragar los pecios una vez más. Con calma.
Escudriñar un futuro.
Me senté en
una cafetería y pedí dos cervezas.
-¿Dos?-, me preguntó el chico uruguayo.
-Sí, dos-, contesté alzando la barbilla.
Y me dediqué a mirar.
Me dediqué a burlarme mentalmente de la gente
que pasaba:
Sonriente, mirando el móvil, cargada de bolsas
de colores mentirosos y ajena al murmullo de la muerte.
Exentos al miedo. Creyéndose felices.
Luego le ví.
Y durante los tres metros escasos que
abanicaban nuestro campo visual, entre un cartel de ofertas y otro de rebajas, nos miramos detenidos.
Creo que su paso dudó un instante.
Yo intenté demorarlo con la mirada.
Atrapar la tabla en mar abierto.
Tres metros, quizá menos.
Volví despacio.
Todo lo lento que pude.
Compré en el camino un cucurucho de castañas
asadas.
Y buscaba, inútilmente, la luna.
Cuando no veas la luna, píntala de colores aunque sean engañosos, pero, ¡píntala¡. El blog me reconforta. Gracias. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias querida Toñy. Habrá que reconfortarse de alguna manera. Abrazos tiernos.
EliminarMe ha gustado, es bueno, como siempre. Bs.
ResponderEliminarNo debe ser muy bueno. No sé. Fue un impulso, un instante, lo que surgió de la pluma. Una bocanada. Un baño de furia.
EliminarContinúa con las furias. Báñate. Ofrécenos tus impulsos.
ResponderEliminarQue cada vez son menos. Un abrazo furioso.
EliminarQue cada vez son menos. Un abrazo furioso.
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