De cuando me escondo en el estudio.
De cuando me ovillo.
De cuando el olor a tinta me lleva a donde quiere.
Del bruxismo del papel en blanco.
Del bruxismo del papel en blanco.
Mira cómo está la mañana.
Recortada en el horizonte,
amplia en las esquinas
y sumisa bajo la ventana,
danzarina hacia el cielo.
Lúdica.
Me abraza desde la espalda
y borra interrogantes
y esperas.
Bate las alas.
Lo noto.
Ese dolor tenue,
ese escozor que aumenta
cada día.
Ese ansia y ese ardor
que crece.
Que me asusta,
porque es imparable.
Que galopa
incesante.
Esa añoranza
añeja.
Ese miedo
al cambio.
Irremediable.
*Imagen tomada de la red.
No pienso fallarte en ni un solo comentario, aunque esté ausente con mi memoria. Abrazos.
ResponderEliminarTú no me fallarías aunque no te manifestaras. Abrazos con memoria.
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