Y lo principiamos mal.
Y el primer mordisco del amanecer deja un sabor amargo.
Y se me cae este poema de los dedos fríos.
Y se vuelve ajena la manta suave de las tardes lentas.
Y las sábanas rehuyen la caricia del muslo inquieto.
Y el café extraña la taza.
Y encuentro este poema escrito en horas que son recuerdo.
Y se me enreda de nuevo entre los dedos fríos.
Y salgo a buscar el sosiego
tras las pestañas
de la tarde,
en el envés de la lluvia,
en la corteza áspera y caliente
del árbol,
en alguna mirada
que se cruce en la vereda.
En la metamorfosis
de las nubes grandes,
en el aire dulzón del otoño,
en los colores olvidados,
en los pecios de aquella caricia.
En el silencio del caos.
Y es urgente encontrar el sosiego,
Hola; estaba preparada, pero ¡caray!. El sosiego casi se encuentra, cuando alguien te regala una sonrisa y te ayuda a respirar profundamente. Que tengas un día, solo de recuerdos agradables. Besos.
ResponderEliminarQué mejores recuerdos que los del taller del lunes pasado! Besotes.
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