jueves, 29 de febrero de 2024

Pasar la hoja

 

Qué pronto anochece, las manos continúan hambrientas y ya debes desvestirte de collares y ensayar el conato de la muerte.

     Ha volado el día con aleteo cobarde y silencioso, dejando los ojos detenidos tras su rastro. Indefensa y sorprendida, como pillada en flagrante delito. Avergonzada de no merecer el regalo. Con el zapato en la mano y el pelo sin recoger.

     Avanzada la espalda para el maratón cuando ya han bajado la bandera de llegada. Otra vez de regreso, volver sobre las mismas huellas.

     Otra raya cruzada sobre los otros despojos.

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