Hoy es el cumpleaños de mi hija. Una mujer ya. Se llama Patricia. Está lejos, pero cerca. Ya es adulta, pero sigue siendo mi niña. La admiro. Me alegra y me duele. Ahí sigue, braceando, como todos, ante la vida. Ella, es mi vida.
A Patricia
Yo fui a buscarte un día
había soñado
era lo que necesitaba para ser feliz.
Fui a buscarte y te encontré
detrás de una mañana soleada
de aquel febrero loco y diferente.
Eras lo que necesitaba, he dicho,
perfecta, dulce, tranquila.
Alegre. Siempre alegre.
Una primavera se instaló en mi vida,
en la de todos.
Han pasado muchos años
y no has sabido encontrar la brújula
que te escondí dentro de la mochila
para el camino.
Los espejos que hallas
no te muestran lo que quieres.
Preguntas a quién no tiene respuestas.
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