Abuela de verano. Mi hombre rubio.

 

Jueves, 01 de julio.

 

-Ya tengo hecha la maleta, abuela.

     Es lo primero que me dice mi nieto cuando me abre la puerta de su casa. Ya tiene tres años y medio, es mayor, se lo pasa bien con sus hermanas, con sus amiguitos y yo iba pensando que puede que no le hiciera mucha gracia venirse de nuevo conmigo a pasar parte del verano.

     Me llevó a su cuarto para que viera sus últimos dibujos, la carpeta con los cuadernos, las notas del colegio, el trabajo de fin de curso...

    Comimos allí, no quiso echarse la siesta mientras mis hijos y yo tomábamos café y, era apenas las seis de la tarde, cuando ya nos dirigíamos a Villa Favorita, a pasar el mes de julio y, ya se decidiría más tarde, parte de agosto.

     En el coche, como casi siempre, se quedó dormido y yo pude disfrutar del recorrido escuchando, muy bajito, toda la discografía de Franco_Battiato, sabéis que nos dejó el pasado mes de mayo y últimamente, y como homenaje, estoy recordando todas sus canciones: 

Te protegeré de los miedos, de la hipocondría

de las perturbaciones que hoy encontrarás en tu camino.

De las injusticias y de los engaños de tu tiempo.

Porque eres un ser especial.

Y yo cuidaré de ti.

Yo sí, cuidaré de ti.

     En el asiento del copiloto un dibujo a la acuarela de árboles y dinosaurios temblaba con el airecillo del aire acondicionado. Me lo había regalado mi hombre rubio para "que lo pongas en un cuadro y lo cuelgues en la pared de tu estudio en el pueblo", me dijo al entregármelo.

     Loca estoy ya por cumplir su deseo. Mañana, cuando vea a Mateo, el de la tienda de manualidades, se lo encargo.

     Mi hombre rubio se llama Eneko, sabéis de sobra que es mi primer nieto y voy a pasar con él el cuarto mejor verano de mi vida.

    He parado a tomar un café, aún me quedan un par de horas de camino. 

      Eneko sigue durmiendo.

      Duerme tranquilo, mi amor, yo cuidaré de ti.