El alma se tuvo que quedar en alguna tarde triste de domingo,
La melena larga y lisa, en aquella foto en blanco y negro,
Ordeno ahora mis libros y no consigo recordar los de aquellos años del comienzo,
Ignoro cómo estaría escrito aquel diario,
Si la calle que tomé me hubiera desviado hacia
Alguna avenida que desembocara en un horizonte más amplio.
Puede que mis hijos no fueran mis hijos,
A lo mejor ya conocería el
Resto del mundo, un amanecer diferente, quizá hubiera
Dejado el diario abierto en algún cuarto alquilado,
O puede que mis muslos aún continuaran hambrientos.
Con aquella equivocación aún a la espalda.
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