lunes, 21 de septiembre de 2020

Cuestionario Proust. Juan José Guardia Polaino

Nos citamos en la majestuosa y contundente plaza de Villanueva de los Infantes, un lunes siete de septiembre, víspera de aquel ocho de septiembre en que nuestro admirado Francisco_de_Quevedo fallecía en esta localidad manchega. Sólo nos separan 375 años de aquel viernes.
    Yo, a pesar de este verano covidiano, sigo provocando encuentros con mis amigos-gigantes, con la excusa de hacerles un cuestionario. El Cuestionario_de_Proust.
     Y Juan José Guardia Polaino no podía faltar en la ya larga lista de gente importante que voy pergeñando poco a poco. De ellos aprendo, de ellos me enriquezco y en ellos encuentro el ímpetu y el goce para continuar.


     Y, con la placidez de un lento café y el eco de las poderosas campanadas de la iglesia de San Andrés, comienzo a preguntar a mi amigo, deseando conocerle aún más, abrirme paso a través de sus ojos límpidos y perspicaces. 
     Me dice que es pasional, intuitivo, impetuoso, perfeccionista.
    Que aprecia la bonhomía, la fidelidad y la legalidad en hombres y en mujeres, pero que, la ternura que añaden las mujeres a la vida, le es necesaria. Ama y admira a su compañera, Lourdes, me confiesa que sin ella estaría perdido, que el rodrigón de su dulzura y valentía le son imprescindibles.
     De sus amigos sólo espera que le quieran y se declara en el umbral de la vanidad, por su ansia desmedida de llegar a ser un buen escritor. A ello dedica la mayor parte de su vida. Le gusta la paz, el dolce far niente; vivir en España y en su Campo de Montiel; la majestuosidad del halcón y la música de Albinoni. Le subyuga el caos y el misterio de El_Bosco y la poesía de León Felipe y Vicente Huidobro. En prosa, sus favoritos son García Márquez, Manuel Vicent, Galeano o Dámaso Alonso. Dice que le gusta el color morado y los campos de lavanda en flor.


     Odia la prepotencia y la cerrazón que impide avanzar, se arrepiente de su impetuosidad en algunos momentos, le gusta recrearse con un chuletón de buey y toca dos veces la cancela de la puerta cuando se va o vuelve, para no darle una oportunidad al descuido. 


     Su estado de ánimo es, habitualmente, tranquilo y sosegado y teme a la enfermedad y al dolor, especialmente de los que ama. Como decía el cantante, le gustaría tener un millón de amigos que le acompañen en la aventura del saber, y admira los avances científicos que impliquen mejor calidad de vida al ser humano. No le importaría volver a ver Memorias de África o El paciente inglés, entre otras, y, a pesar de gustarle la verdad de cada esquina, puede mentir si con ello evita dolor al semejante.



Parte de los componentes de la Orden Literaria Francisco de Quevedo.



     La placidez del oso panda le hace inclinar la cabeza y preguntarse sobre el estado de gracia, y escribir le salva del tumulto de lo incierto. Le gusta leer biografías de mujeres, mujeres intrépidas, aventureras, audaces, aunque, a nuestro poeta, todas las mujeres le inspiran valentía y ternura en grado sumo. Esto lo recalca y le honra.
     Juan José Guardia Polaino, nació en Villanueva de los Infantes: "yo tengo abiertos los balcones de mi alma, y dispuestos los candiles para alumbrar tu historia"; es Mayoral de la Cofradía de los Mayorales del Vino de Valdepeñas y coordinador literario del grupo El Trascacho, y desde 2001 es Gran Maestre General de la Orden Literaria Francisco de Quevedo, de la que también tengo el honor de formar parte. Miembro fundador e impulsor de innumerables actividades artísticas-literarias y revistas.
     Autor de varios libros de poesía y prosa poética, como Jazmines para la tragedia; Labios que pugnan por amar, sufriendo; Aquéllos que conspiran, te digo, Walt Whitman e Ido el fauno, libro-joya en el que con una prosa poética singular y trabajada, se hermana con el poeta del Siglo_de_Oro, le tutea, mantiene con él un lenguaje epistolar, le loa. Libro-joya, he dicho, umbrales a los que cuando acudo, los encuentro  nuevos y diferentes. Siempre descubro nuevas vetas de ambrosías y oro de espuelas.
    "Soy hombre de llanura, a veces socarrón, otras, místico; escudriñando el rumbo del aire, saco pecho y hago escudo, y le planto valor a la lluvia..." dixit. 
    Te digo, amigo, poeta, fauno Juan José Guardia Polaino, sé que amanece tu nombre en las colinas.
      Y te doy las gracias por sonreírme siempre.

2 comentarios:

  1. Emotivo retrato de un hombre bueno al que tengo el gusto de conocer y querer como se quiere a un amigo. Juanjo es un hombre vital sincero, amistoso, bueno. Y ante todo, y por ello le admiro, alguien que enarbola la dignidad con la entereza de quien sabe que es el último bastión que nos queda a los que estamos bajo la bota de los que oprimen. Gracias apreciada Eloisa por este boceto maravilloso. Eres muy grande amiga. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias. Te envío un abrazo allí, a la buhardilla, desde donde nos ofreces tus saberes y opiniones. Ganas de volver a vernos.

      Eliminar