... Estuvo
un rato reacio porque dice que lo de estudiar nunca ha ido con él, pero yo le
hice ver, con grandes dosis de paciencia y diplomacia, que no podíamos seguir
sin turismo. Tendremos mucha libertad de movimientos y podremos ir a ver a tu
madre más a menudo, le engañé, y rematé mis argumentos con una palmada en la
mesa, al tiempo que le decía- y andando que es gerundio-, esta frase, no se por
qué, pero siempre me ha dado muy buen resultado.
Yo,
por mi parte, ya le he echado el ojo a un coche, lo llevo viendo creo que desde
siempre, aparcado delante del portal: es un Ford Fiesta rojo y es de Marcelo, el frutero; dice que se va a comprar
un Mercedes y tiene el Ford en venta. El viernes pasado fui a comprar unas
acelgas para la cena y le pillé con la lengüecilla fuera y un rotulador en ristre
haciendo el cartel de venta. Deja
el rotulador Marcelo y, si llegamos a un
acuerdo, me quedo yo con el coche, le dije.
Me
empezó a decir que estaba impecable, que nunca había tenido un golpe serio y
que siempre había dormido (el coche) en garaje. Yo le contesté que desde que
abrió la frutería, un par de años después de estar yo viviendo en dicha finca,
o sea unos trece, llevaba viendo el
coche aparcado delante del portal y es más, continué impertérrita, llevo años
intentando ver la tapicería de cuero de la que tanto hablas y todavía no he
podido, y no es porque los cristales de las ventanas sean tintados (a buen
entendedor), pero, como no me fío de su capacidad de entendederas, le advertí:
quiero el coche limpio antes de hacer la transferencia.
Cuando
se lo conté al Nicolás me dijo que fue mi carácter fuerte lo que le enamoró
hace años. (Esto se lo restregué por el morro meses después, cuando me enteré
de lo que me enteré).
Pero
eso, y mucho más, lo dejaré para la segunda parte de éstas mis memorias.
De Historia de mi existencia, del libro de relatos Galería de trampantojos, a la venta en Leganés, en las librerías Punto y Coma y La Libre de Barrio.
Lecturas amenas,bien escritas y salpimentadas al gusto.Un placer releerlo.
ResponderEliminarUn millón de felicidades en tu cumpleaños.Besos.
Muchas gracias, cariño. Ya lo celebraremos. Besotes.
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