Se contonea Agosto,
alejándose para siempre,
entre las esquinas
del pueblo.
Se detiene unos instantes
bajo los portales
de la plaza
de la plaza
augusta,
atento al balanceo
de las campanas
alborotadoras y ajenas.
Doce avisos.
Luego, con dignidad y silencio,
sube la calle empedrada
camino del final,
del destierro.
Roza la Cruz del Siglo
y continúa hacia los olivares,
hacia el pasado,
hacia el recuerdo.
Y un Septiembre tímido
abre su capa húmeda
para descubrirnos una promesa
de otoños nuevos.
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