viernes, 4 de abril de 2014

Soneto antiguo.


Me dijiste que me fuera y ya me he ido,
que no quiero que por mí vistas tristeza,
que finjas, si me ves, falsa extrañeza,
lo nuestro era, lo sé, un sin sentido.

En este juego desigual  yo no he perdido,
tu vida terminó, la mía empieza
con el recuerdo de aquel amor y la belleza
que te di de beber y no has bebido.

Sediento, rememoras el pasado,
yo sin sed, porque bebí con desmesura
y te amé como nunca te han amado.

Te llevaré enredado en mi cintura
y,  aunque sé que estuviste enamorado,
elegiste  el pedestal a la escultura.

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