Mis nietos son poemas.
Haikus que esperan ser sonetos en diciembre,
coplas en las mañanas nuevas;
por las noches, odas al viento de la ternura
y de la dicha;
un romance de por vida,
un himno a la alegría
del verano;
son apuntes a lápiz,
esbozos aún,
acrósticos grabados para siempre
en mi garganta y en mis dedos.
son las pequeñas-grandes maravillas del mundo.
ResponderEliminarQué te voy a contar que tú no sepas. Es la alegría en toda la extensión de la palabra. Vamos a disfrutarlos. Un abrazo.
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